Villaviciosa es un municipio con una geografía privilegiada en el ámbito de la comunidad de Madrid. Con clima mediterráneo, concentra las precipitaciones en invierno, mientras que la presencia del río Guadarrama y de sus arroyos principales, el de la Vega y el de la Madre (existen otros estacionales y puntuales), encajonados en el territorio, atemperan ciertamente la temperatura en verano. Gracias a ello, sus suelos sedimentarios, en forma de gravas y arenas conformadas como terrazas, han sido históricamente utilizadas para la explotación forestal y agrícola.
El ecosistema villaodonense combina el encinar salpicado de enebros con las zonas húmedas de fresneda y sauceda. No obstante, la acción antrópica ha introducido, además de cultivos, pastos y matorrales; la presencia de pinares piñoneros y vegetación de ribera. Así, se han conformado paisajes como encinares mixtos y de matorral; retamares, tomillares y espacios de campiña; sotos, dehesas y paisajes de ribera. A nivel faunístico, estos espacios han permitido el desarrollo de una gran variedad faunística, combinando todas las clases animales. Tanto mamíferos (murciélagos, comadrejas, tejones, zorros, jabalíes…), aves (águila real, búho real, abubilla, cernícalo primilla…), reptiles (eslizón, lagarto ocelado, culebra bastarda…), anfibios (sapo común y corredor, gallipato, rana común), peces (barbo, boga, carpa, colmilleja, bermejuela…) e invertebrados (arácnidos, anélidos, moluscos…).
El municipio es el que más terreno aporta al Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama (el 18,23 por ciento del total), cediendo 4.122 hectáreas, un 60,53 por ciento de su término municipal. Responde así a las especificaciones de la Ley 20/1999 para la creación de dicho espacio verde protegido, que abarca los márgenes y riberas de los ríos Guadarrama y Aulencia, desde el embalse de las Nieves, hasta el límite con la provincia de Toledo, con un total de 22.611 hectáreas. Otras zonas del término también cuentas con protección ambiental, dentro del planeamiento municipal, tales como El Forestal y las distintas zonas verdes de las urbanizaciones.
Un jardín botánico silvestre
El Forestal o Prado Redondo es un bosque de más de 20 hectáreas de extensión. Fue uno de los primeros trabajos de la ingeniería de montes en España. Se utilizó la olmeda del arroyo de La Madre como campo de prácticas para el desarrollo de esta masa arbórea. La Escuela Especial transformó en sus 20 años de vida el ámbito del castillo de Villaviciosa en un jardín botánico silvestre, repleto de especies autóctonas y foráneas. Los ingenieros idearon una red de caces para redistribuir el agua del arroyo por toda la cuenca, con el objetivo de crear un ecosistema sostenible que pudiera alimentarse localmente a sí mismo. Se generaron así las condiciones para que el conjunto albergase un bosque caducifolio impropio del clima mediterráneo, con 350 especies botánicas.
Otra de las grandes zonas verdes del municipio es El Monreal, también conocido como Dehesa Sacedón. En este caso, a orillas del Guadarrama, un relieve alomado en el centro y el oeste del municipio, permite todo un recorrido alrededor de barrancos plagados de encinares, pinares piñoneros, enebrales, alcornocales, quejigales, arbustos y matorrales. Buena parte de los terrenos son de propiedad privada, por lo que es necesario recorrer las cañadas y caminos existentes o pasear por la finca El Monreal, de titularidad municipal para conocer una muestra de este precioso paisaje.
Senderismo
El Sotillo de la vega del Guadarrama es el último de los enclaves verdes clave de Villaviciosa. Se trata de un corredor vegetal que permite una enorme variedad de especies vegetales y faunísticas, gracias a la humedad de su suelo. La vegetación se estratifica en franjas paralelas desde cañaverales a fresnedas, pasando por juncales, saucedas y alisedas. Ofrece así una enorme variedad de especies herbáceas, arbustivas y arbóreas.
Todos estos ámbitos cuentan con rutas de senderismo perfectamente indicadas y, en el caso del Sotillo, un área recreativa para disfrutar del entorno natural. A ellas, hay que sumar las existentes en la cañada de Pirrucas, el camino de Sacedón, la vereda del cerro de los Olivares y la vía verde del río Guadarrama que conecta Móstoles y Navalcarnero, y en la que parte de su recorrido atraviesa el municipio.
Villaviciosa ofrece así uno de los mayores patrimonios naturales de la región, en los que el agua, una variadísima vegetación y un amplio abanico de fauna dan probadas razones para considerar el municipio como un vergel a pocos kilómetros de Madrid.
Ahora Larvin se complace en poder ofrecerle viviendas en un enclave tan privilegiado.