Cuando se pregunta a los vecinos de Pozuelo qué es lo primero que llama la atención de su municipio, suelen hacer hincapié en que es y parece una ciudad limpia y verde. Y no es casualidad, pues es un ámbito en el que el espacio público está pensado para integrarse con la naturaleza de una manera sencilla y efectiva.
La geografía acompaña, ya que Pozuelo es una zona de suaves ondulaciones con algunos cerros como el de los Gamos o el de los Perdigones, pero en el que destaca la benéfica influencia de los ríos Manzanares y Guadarrama, y los arroyos de Meaques y Antequina, que arremolinan a su alrededor una explosión natural que caracteriza al municipio.
Esta naturaleza tiene trazabilidad en la ciudad, que cuenta con una vía de senderismo circular que es una auténtica arteria verde para el municipio, a lo largo de la cual puede conocerse la historia local (desde vestigios palentológicos a la famosa Cruz de la Atalaya, así como espacios de trashumancia) y entrar en contacto con los 18 árboles singulares que encabezan el extenso y variado catálogo arbóreo de la urbe, integrado por más de 50.000 ejemplares de distintas especies.
Las masas verdes envuelven la ciudad a modo de envoltorio natural. A saber, el monte de Pozuelo, principal reserva natural de la población, y continuación del Monte de El Pardo. También, el encinar del monte Gancedo y las 150 hectáreas del parque forestal Adolfo Suárez, que aporta una enorme riqueza arbustiva, con más de 120.000 plantas de diversa índole, así como un enorme abanico de especies faunísticas alrededor de sus dos lagos, como las garzas, las cigüeñas, las perdices o las ardillas, entre otras.
Aire limpio
A ellos hay que añadir el parque forestal de Valladares, el parque de las Cárcavas y el parque de la Ciudad de la Imagen. En la ciudad, la población hace vida en el parque de las Minas, el de la Fuente de la Salud, el de los Prados de Torrejón, el del Torreón, el del Cerro de los Perdigones, Además, una red de parque urbanos ajardinados (camino del Piste, Bellas Artes, Ruperto Chávarri, Las Piedras, Nuestra Señora de Montserrat, plaza de Húmera, Lope de Vega, don Juan de Borbón, Diamante e Isaac Albéniz, además de otros menores) complementa la oferta natural, junto con siete ejes verdes basados en las vaguadas naturales de la orografía de la zona, que cruzan áreas urbanas.
Por su parte, el municipio es uno de los que, proporcionalmente, más presupuesto invierten en España en el cuidado del medio ambiente, la limpieza y la movilidad (uno de cada tres euros van destinados a esta materia, según el Presupuesto del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón de 2022). Cuentan con barrido frecuente de calles mediante brigadas de trabajo y una flota de 13 vehículos barredores, así como baldeadores y un servicio de limpieza urgente en caso de vertidos incontrolados u operaciones urgentes. También cuenta con sanecanes y un servicio de limpiapintadas. En cuanto a la recogida de residuos, cuenta con tratamiento selectivo de las distintas fracciones (resto, resto vegetal, papel-cartón, vidrio, plásticos y envases, pilas, aceite usado, muebles y enseres, y textil y calzado), así como dos puntos limpios, situados en la antigua carretera de Majadahonda (M-515), bajo la M-40, y en la calle de Virgilio número 10.
Junto a esto, conviene destacar que la estrategia de movilidad de la ciudad ha permitido que la ciudad cuente con uno de los aires más limpios de la corona metropolitana madrileña, ya que, según el último informe de la campaña de medición de la calidad del aire en Pozuelo de Alarcón, se trata de una población cuyos índices de polución en todos los indicadores se encuentran muy alejados de los límites establecidos en la legislación.
De tal forma, en Pozuelo, la naturaleza no solo es una inversión o una infraestructura, sino un patrimonio, un tesoro, un estilo de vida que forma parte del día a día de la vida de sus vecinos.