Son muchos los datos que en lo que va de año se han barajado en relación a la situación del sector inmobiliario español, un baile de cifras que apuntan hacia una estabilización y posible crecimiento en los próximos años. Pero, ¿cuál es la realidad del mercado?
Es cierto que 2014 ha supuesto un cambio de tendencia y una estabilización del sector inmobiliario, pero el crecimiento del mismo será posiblemente algo más lento de lo previsto a priori.
El principal impedimento para el crecimiento será el exceso de stock existente, aún así el crecimiento de la demanda y la falta de construcciones nuevas en los últimos años han facilitado la disminución de este excedente. Esto varía también según la zona y los productos existentes en cada una de ellas.
Son por ejemplo Madrid y Alicante, las áreas dónde previsiblemente antes se reducirá el stock de viviendas, esto se debe a la existencia de una mayor «necesidad» o demanda.
El elevado número de viviendas que poseen las entidades bancarias supone otro impedimento para lograr acelerar el crecimiento del sector. Una rebaja significativa en los precios de las mismas parece que será la única forma de forzar las ventas y deshacerse de estos activos.
Esto hará que los precios bajen y la oferta se estabilice, pero el crecimiento sólo será posible una vez se haya vendido el stock existente.
Sin embargo, como ya hemos dicho, habrá áreas geográficas en las que se pueda observar antes el crecimiento, mientras siga existiendo la demanda, y por tanto una aumento de los precios.
Según el Anuario Estadístico del Mercado Inmobiliario Español 2014 presentado por la consultora RR de Acuña & Asociados hasta el año 2016 no se verá un crecimiento significativo en ventas netas.
Con estos datos podemos tener una visión más exacta del panorama inmobiliario español. Estas cifras nos muestran que el crecimiento del mercado está cerca, aunque el ritmo pueda ser algo más lento de lo que en principio se estimaba.