Fomentar la responsabilidad en los niños es de suma importancia. Cada día se escuchan más quejas sobre la “poca educación” de los jóvenes y estamos equivocados al pensar que esa educación y responsabilidad se la deben inculcar en las escuelas: es una tarea familiar que requiere una alta inversión de tiempo y paciencia.
Dependiendo de la edad que tengan tus hijos, podrás encomendarles una tarea u otra; siempre debes tener en cuenta que no podrá realizar la misma tarea un niño de 5 años que un adolescente de 15.
Imponer tareas que fomenten la responsabilidad en tus hijos no es óbice para realizarlas tú mismo, el primer ejemplo que debes darles es el trabajo en equipo. Deben saber que todos jugáis un papel importante en las tareas del hogar, esto requiere dedicación y constancia.
A partir de los 3 años pueden llegar a entender, comprender y realizar las tareas que se les pida. Obviamente hay que tener en cuenta que están aprendiendo a vivir, nadie nace sabiendo por lo que ten paciencia.
Para los más pequeños de la casa lo mejor será iniciarles en las tareas del hogar, haciéndose cargo de sus pertenencias como vestirse y desvestirse solos, recoger los juguetes con los que hayan terminado de jugar, lavarse las manos, los dientes, ir solos al servicio, etcétera. Son tareas sencillas que deben ir aprendiendo desde que son pequeños. Lo más sencillo y eficaz siempre será enseñarles mediante ejemplos ya que si te ven realizarlo, copiarán tu forma de hacerlo.
Una vez terminada la tarea, si lo han realizado mal, te aconsejamos que no les regañes, sino que les hagas entender que esa no es la forma indicada y demuéstrales cuál es la manera correcta de hacerlo. Si les castigas, relacionarán las tareas del hogar con el miedo al enfado de sus padres y será entonces cuando no querrán hacer nada en casa por si lo hacen mal. Para ellos debe ser un juego motivacional y se les debe reconocer el mérito dándoles la oportunidad de sentirse como auténticos profesionales en la tarea que desempeñen, solo así fomentarás que quieran ayudar cada vez más, haciéndoles sentir importantes y apreciando el esfuerzo que le ponen.
Cuando hablamos de los adolescentes, esa época rebelde en la que no quieren escuchar a los padres o hacer vida familiar, se les debe explicar la importancia que tiene la tarea que se les asigna y, hacerles entender, que sin su ayuda no saldrá bien.
Algo que nos cuesta entender cuando tenemos esas edades es que la prioridad son las obligaciones y después los derechos, es por ello que hay que motivarles, no castigarles.
“Si recoges tu cuarto podrás volver media hora más tarde a casa” (motivación).
Deben saber que las tareas del hogar no son solo obligación de uno de los miembros de la familia, sino de la unidad familiar. Lo mejor es hacer un planning semanal en el que ofertar diferentes tareas. Deja que tus hijos sean quienes elijan qué hacer, al fin y al cabo no importan si hacen más o menos que otro, sino que ayuden y aprendan a tener responsabilidades.
Algo tan simple como mantener su cuarto recogido, hacer la cama, cocinar, poner y tender una lavadora, no son arduas tareas, pero le ayudarán a adquirir conocimientos básicos para poder vivir solo el día de mañana. La regla principal en una casa siempre es hacerse cargo de lo que uno mismo ensucia o desordena.