La limpieza del hogar es uno de los grandes retos a los que todos, en mayor o menor medida, tenemos que enfrentarnos a partir de un determinado momento de nuestras vidas. Especialmente en el caso de que vivamos con más personas, en la organización está una de las claves para ser lo suficientemente constantes para que la limpieza no suponga un problema de convivencia.
No obstante, sin importar si se vive solo o acompañado, es vital contar con un método que ayude a mantener el ritmo de la limpieza sin que ello pueda llegar a suponer una preocupación para sus inquilinos.
La noche, una de las claves
Como suele ocurrir en la mayoría de los hogares españoles, por la noche es uno de los momentos del día a día que menos ganas tenemos de enfrentarnos a las pequeñas tareas domésticas. Sin embargo, pese a esta pereza habitual que tendemos a interiorizar, es importante conocer que la noche es uno de los momentos clave para comenzar a organizar la limpieza de nuestro hogar de manera eficiente.
El término eficiencia cobra una especial relevancia cuando se trata de definir las tareas de limpieza que debemos obedecer en nuestro día a día. Y es que no se trata de limpiar una gran cantidad de horas a la semana, sino que las horas que dediquemos a esta tarea sea lo suficientemente útiles como para poder ayudarnos a mejorar nuestro día a día.
Cuando terminamos de cenar, es importante que dediquemos unos cuantos minutos a ordenar y limpiar todos los utensilios que hemos utilizando durante el proceso de elaboración de la cena. En el caso de que hayamos utilizado una gran cantidad de ellos, quizás es mejor adelantar la hora de cenar unos cuantos minutos, con el objetivo de que las tareas de limpieza no nos obliguen a acostarnos más tarde de lo habitual.
Cuando salgas de casa, que todo esté en orden
Uno de los principales factores que nos provocan un mayor estrés en nuestro día a día es que, al llegar de trabajar, nos encontramos con que nuestro hogar está, prácticamente, inservible. En este sentido, es mejor que nos levantemos un poco antes y que nos aseguremos que, en el momento de salir a trabajar, hayamos dejado todo lo suficientemente ordenado como para que, en el momento de volver, nos sintamos completamente a gusto con nuestra vivienda.
El baño, la cocina, el dormitorio… Dedicando unos cuantos minutos a las estancias que mayor ajetreo pueden tener en los momentos previos a comenzar la jornada, nos sentiremos mucho más tranquilos en nuestra vivienda.
Evita realizar toda la limpieza en un mismo día
Uno de los mejores consejos que podemos ofrecer es que es vital evitar al máximo concentrar la limpieza en un único día. En este sentido, cuanto mayor dividida esté, mejores resultados podremos obtener.
Por ello, intenta definir un día a la semana para cada zona de tu hogar. De esta manera, nunca tendrás la obligación de enfrentarte a una limpieza de una gran cantidad de horas por delante, pero siempre tendrás la seguridad de que cada estancia de tu vivienda está completamente limpia.
Antes de limpiar, ordena
El último consejo que podemos ofrecer es que antes de limpiar dediques unos cuantos minutos a ordenar. De esta manera será mucho más sencillo identificar todos los elementos que tienes en un espacio en concreto que no están cumpliendo con ninguna utilidad. Al mismo tiempo, mejorarás el orden y el aprovechamiento del espacio en tu hogar. Convirtiendo cada estancia, en un habitáculo perfectamente ordenado.
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